El grito de auxilio de las mujeres maltratadas |
El confinamiento ha empeorado la situación de desigualdad entre hombres y mujeres y ha agravado la situación de indefensión de mujeres de todo el mundo.
Con el estado de alarma y el confinamiento, el peligro también ha estado, para muchas mujeres y sus hijos, dentro sus hogares. La desigualdad de género se ve agravada siempre en tiempos de crisis, pero la crisis generada por el covid-19, ha puesto en evidencia la indefensión de las mujeres en muchos países del mundo ante la violencia machista.
Es el caso de países como España, Argentina, Ecuador, México, Rusia o Irak, en los que distintas organizaciones de mujeres y expertos alertan de un aumento desproporcionado de llamadas de emergencias relacionadas con la violencia de género. Algunos gobiernos han activado protocolos para actuar más rápido ante los casos, sin embargo, otros parecen haberse quedado inmóviles ante la situación.
Mientras que la ONU ha recordado que las mujeres desempeñan un papel “esencial” en la lucha contra la propagación de la epidemia, ya que representan el 57 % del personal médico, un 66 % del personal paramédico y un 64 % de los funcionarios del sector social, al que hay que sumar su papel tradicional en el cuidado de los hijos y la atención a mayores y enfermos; son ellas, sin embargo, las que sufren en mayor medida un deterioro de sus condiciones socioeconómicas, de empleabilidad y de salud. En la mayoría de países, son muchas las mujeres que trabajan en condiciones precarias, en sectores como limpieza, asistencia a domicilio, cuidados; muchas de ellas han perdido su trabajo, sin posibilidad de cobrar prestaciones o subsidios por desempleo.
Debido a que las mujeres siguen destinando de media, según países, entre tres y siete veces más tiempo que los hombres a la actividad doméstica, y esta situación se complica más con la atención a los hijos ante el cierre de las escuelas. y la atención a progenitores y familiares enfermos, las mujeres padecen una sobrecarga que aumenta situaciones de estrés y problemas de salud.
En países como Irak, las denuncias de violencia en el hogar contra mujeres y niños se han disparado durante el confinamiento parcial ordenado en las últimas semanas por las autoridades para controlar la expansión de la COVID-19, lo que ha llevado a Naciones Unidas a dar la voz de alarma y pedir soluciones.
Malak Haider Al Zubaidi, quemada por su marido, con veinte años. |
El caso más trágico ha sido el de Malak Haider Al Zubaidi, de veinte años, asesinada. Su imagen, completamente vendada en una cama y con quemaduras en el rostro repitiendo “Alí, por favor, voy a morir” se ha hecho viral en Irak.
Al Zubaida sufría malos tratos por parte de su marido, al que acababa de denunciar. y fue finalmente quemada por éste, según el Consejo Judicial Supremo iraquí. "Esta tragedia comenzó desde el momento en el que sus padres la casaron siendo muy joven con un hombre que ya tenía una esposa", indica una activista feminista iraquí. Según la información que ha trascendido, Malak llevaba meses sufriendo la violencia de su cónyuge. Desde hace ocho meses no había podido reunirse ni comunicarse con su familia. El confinamiento establecido por las autoridades iraquíes -con un toque de queda en vigor desde el pasado 17 de marzo- agravaron la situación, la violencia aumentó.Tras la difusión de las imágenes, vendada por las quemaduras, en el hospital, sus propios familiares y su marido, la culparon de los hechos que acabaron con su vida. Finalmente murió en el hospital por las heridas provocadas por las quemaduras.
En España, desde el Instituto de Igualdad de Canarias se puso en marcha, tras el inicio del confinamiento, una iniciativa para evitar el agravamiento de los casos de violencia de género. Una mujer que convive con un maltratador durante el confinamiento puede tener muy difícil pedir ayuda por teléfono, con el agresor tan cerca. Esta iniciativa consistió en algo tan sencillo como ir a la farmacia y pedir una "Mascarilla 19". El personal de la farmacia sabe, en este momento, lo que tiene que hacer.
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